Hay y ha habido miles de tradiciones a lo largo de la
historia, pero, ¿se debe respetar aquella tradición que nosotros no
practiquemos?
Esta pregunta da
muchos quebraderos de cabeza a los gobiernos, pues muchas de las tradiciones son
permitidas o prohibidas por él. Pero una tradición es algo histórico, un
símbolo de un país, de una población, de una cultura o de una religión, por lo
que debería ser un medio de identificación de la nación o grupo. Sin embargo, muchas de estas tradiciones son
ofensivas, siendo crueles, buscando únicamente algún tipo de belleza y quitando
la dignidad a aquellos que lo practican, como la mutilación de geniales
femeninos que se realiza en algunas tribus africanas, el vendado de pies a las
niñas chinas para que no crezcan o el antiguo infanticidio en las tribus
esquimales. Estas tradiciones, desde mi punto de vista, deberían ser prohibidas
o reprimidas, pues causan dolor y se basan en antiguas creencias, mitos o
necesidades, que hoy en día se han desmentido.
No obstante, dentro
de las tradiciones, encontramos aquellas que no son perjudiciales para la vida,
aquellas relacionadas con la gastronomía, las fiestas, el folclore o los
rituales, que deben ser respetadas aunque no sea compartida, pues son marcas de
una comunidad. De esta manera, para hacer que perdure la historia en cada
sitio, deben ser impulsadas, pues estas son la identidad de un pueblo, de su
tipo de vida, de sus costumbres, todo ello influenciado por la historia, por
sus problemas o necesidades, por lo que también nos permite conocer el pasado y
entenderlo mejor, al igual que el presente.
Sin embargo, la defensa o rechazo a ciertas tradiciones,
como por ejemplo la tauromaquia, depende en gran medida de los pensamientos de
cada individuo o grupo, en función de su entorno, de sus vivencias, de su forma
de pensar, de su historia y de lo que se les ha inculcado. Por ello, la elección
de respetar o no las tradiciones en este caso es más complicada, pues a pesar
de que es una marca histórica de la nación, que produce el mantenimiento de una
especie como es el toro, puede surgir cierto rechazo por el espectáculo en sí.
En estos casos, depende de lo que uno crea o no crea.
En conclusión, todo aquello que sea dañino no debe ser
impulsado pues, aunque tú no lo practiques, hay gente que sufre por ello. Pero
todo aquello que no perjudique, aun no practicándolo, debe ser respetado.
¿Una tradición que demuestra ignorancia es dañina y debe prohibirse?
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