domingo, 21 de febrero de 2016

¿Hay que respetar todas las tradiciones?

Hay y ha habido miles de tradiciones a lo largo de la historia, pero, ¿se debe respetar aquella tradición que nosotros no practiquemos?
 Esta pregunta da muchos quebraderos de cabeza a los gobiernos, pues muchas de las tradiciones son permitidas o prohibidas por él. Pero una tradición es algo histórico, un símbolo de un país, de una población, de una cultura o de una religión, por lo que debería ser un medio de identificación de la nación o grupo.  Sin embargo, muchas de estas tradiciones son ofensivas, siendo crueles, buscando únicamente algún tipo de belleza y quitando la dignidad a aquellos que lo practican, como la mutilación de geniales femeninos que se realiza en algunas tribus africanas, el vendado de pies a las niñas chinas para que no crezcan o el antiguo infanticidio en las tribus esquimales. Estas tradiciones, desde mi punto de vista, deberían ser prohibidas o reprimidas, pues causan dolor y se basan en antiguas creencias, mitos o necesidades, que hoy en día se han desmentido.
 No obstante, dentro de las tradiciones, encontramos aquellas que no son perjudiciales para la vida, aquellas relacionadas con la gastronomía, las fiestas, el folclore o los rituales, que deben ser respetadas aunque no sea compartida, pues son marcas de una comunidad. De esta manera, para hacer que perdure la historia en cada sitio, deben ser impulsadas, pues estas son la identidad de un pueblo, de su tipo de vida, de sus costumbres, todo ello influenciado por la historia, por sus problemas o necesidades, por lo que también nos permite conocer el pasado y entenderlo mejor, al igual que el presente.
Sin embargo, la defensa o rechazo a ciertas tradiciones, como por ejemplo la tauromaquia, depende en gran medida de los pensamientos de cada individuo o grupo, en función de su entorno, de sus vivencias, de su forma de pensar, de su historia y de lo que se les ha inculcado. Por ello, la elección de respetar o no las tradiciones en este caso es más complicada, pues a pesar de que es una marca histórica de la nación, que produce el mantenimiento de una especie como es el toro, puede surgir cierto rechazo por el espectáculo en sí. En estos casos, depende de lo que uno crea o no crea.

En conclusión, todo aquello que sea dañino no debe ser impulsado pues, aunque tú no lo practiques, hay gente que sufre por ello. Pero todo aquello que no perjudique, aun no practicándolo, debe ser respetado.

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